Tenemos que asegurarnos continuamente de que el poder de decisión de nuestras protestas resida siempre en las asambleas, compuestas por todas las personas de una localidad o barrio que participen en ellas. Se nombrarán delegados o delegadas de cada asamblea para que lleven las propuestas a las reuniones de cada grupo de barrios o ciudades, pero debemos hacer "como las olas del mar" en estas delegaciones (que suben y enseguida vuelven a bajar) para evitar que alguien se perpetúe en los cargos. Para ello lo mejor es renovar los cargos con frecuencia.
Por último, hay que evitar que grupos políticos, sociales o sindicales alcancen grados de poder y con ello se pierda la imparcialidad de nuestros/as delegados/as. Nuestra organización debe basarse ante todo en la autogestión y el control absoluto de las asambleas sobre las delegaciones (éstas solo deben ser portavoces de las decisiones de su asamblea, y nunca deben opinar de ningún aspecto sin consultarles antes).
Por último, hay que evitar que grupos políticos, sociales o sindicales alcancen grados de poder y con ello se pierda la imparcialidad de nuestros/as delegados/as. Nuestra organización debe basarse ante todo en la autogestión y el control absoluto de las asambleas sobre las delegaciones (éstas solo deben ser portavoces de las decisiones de su asamblea, y nunca deben opinar de ningún aspecto sin consultarles antes).
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