Intentando conseguir las ventajas de los sistemas de economía de mercado ("sabe producir") y de economía planificada ("sabe repartir"), en la Unión Europea se impuso el sistema de economía mixta, donde algunas empresas de sectores estratégicos (como la sanidad y la educación) estaban planificados en su mayoría, y otras empresas (como las industrias de alimentación y el comercio en general) eran privadas y dependientes del mercado.
Este sistema ha tenido un enorme éxito en las últimas décadas, hasta el punto de atraer a millones de personas de otros lugares del mundo, pero con la crisis económica actual se está desmoronando poco a poco, ya que ha pasado de tener las ventajas de los otros dos sistemas (saber producir y repartir) a tener los inconvenientes: ya no sabe producir (el crecimiento económico ha desaparecido) y tampoco sabe repartir (la sanidad, educación y servicios sociales se va privatizando progresivamente, y la crisis se está haciendo pagar a las clases mas desfavorecidas en favor de las mas ricas).
Tan solo los países nórdicos y el centro de Europa (Alemania principalmente) están soportando estos inconvenientes y podrán seguir con este sistema de economía mixta.
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