Es una intervención del sector público en la economía que se puso en práctica como consecuencia de la crisis de los años 30, y suponía la total separación entre los bancos y la bolsa de valores, la creación de un sistema bancario público y la prohibición de participar en los consejos de administración de empresas a los banqueros. Con ello se evitaba la especulación bancaria con el dinero depositado por los ciudadanos, consiguiendo la salida progresiva de la crisis económica.
En la crisis actual sería muy útil esta ley si se pusiera en práctica, pero con ello las personas que viven en la opulencia (los propios banqueros, los jefes de estado y gobernantes, los políticos y sindicalistas a su servicio, los grandes terratenientes y especuladores diversos) perderían gran parte de su poder económico, y ni siquiera nombran esta posible salida de la crisis. Desde luego que no les interesa, ya que lo único que buscan es seguir con sus privilegios y aumentar sus riquezas a costa del empobrecimiento del resto de la población.
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